miércoles, 29 de abril de 2009

EL SECRETO DEL MONTE ARARAT

En las gélidas planicies de Anatolia, donde convergen los actuales límites de Turquía, Armenia e Irán, se levanta imponente una montaña sagrada. Su nombre no figura entre las cumbres más elevadas, ya que sólo alcanza los 5.156 metros de altura, pero sí entre los más inaccesibles de la tierra. Símbolo de intervención divina, su nombre entraña un mensaje para todos los pueblos del mundo. Como diría el arqueólogo y escritor Charles Berlitz, "un nombre que promete y enseña, ordena y a veces incluso amenaza. Este nombre es Ararat"
El Ararat ha sido reconocido como el sitio donde descansan los restos de la antigua embarcación del Noé bíblico, luego que descendieran las aguas del Diluvio Universal. Desde entonces ha sido un lugar sagrado.El temor reverente que tienen y han tenido los pueblos de Oriente a esta montaña, confirma que el relato del Génesis no ha sido una creencia exclusiva del judeocristianismo. Los turcos llaman al Ararat "AGRIDAGI" (monte del Arca); los persas la conocen como KUHI-NUIH (montaña de Noé) y los musulmanes le dicen "EL JUDI" o "el primer lugar de descanso". El Ararat es un lugar simbólico. Es el guardián del Arca salvífica y es patrimonio de fe en un sentido universal.
Junto con los múltiples mitos de un diluvio producido por la ira divina, también existen relatos paralelos de supervivientes en una embarcación que reposa sobre una montaña. La tradición favorece al monte Ararat más que a cualquier otro sitio.
El mito hindú del diluvio habla de una montaña al norte . Los griegos mencionan al monte Parnaso o el Otris en Tesalia . Pero el hecho que fuera en realidad el monte Ararat donde reposó el Arca, está apoyado por dos tradiciones antiquísimas: El Antiguo Testamento y La Epopeya de Gilgamesh (un mito sumerio).

miércoles, 15 de abril de 2009

PAUL GAUGUIN

Gauguin es el ejemplo que representa el mito del bohemio y del primitivismo. Él encarna la necesidad de unir arte y vida. Esta es una utopía presente en la vanguardia. Su pintura tiene un gran componente ético.

Gauguin rechaza la cultura de Occidente y abandona la civilización en pro de los pueblos primitivos. Rechaza lo académico, valora la máscara africana, el arte románico y todas aquellas tendencias que estaban fuera de lo habitual. Él valora este tipo de arte no por lo que tiene de curioso y diferente, sino por su autenticidad. Él ante todo busca el encontrarse a sí mismo.

Lo que hay que pintar es la idea que elabora el pintor después de su experiencia concreta. El filtro de la memoria que quita lo superfluo y retiene la esencia, así se consigue la síntesis de forma y color. Prima la imagen basada en el recuerdo.

En Tahití y en las islas Marquesas se empeño por encontrar equivalentes plásticos a los misterios de las islas se tradujo en complicadas composiciones en las que cada detalle tiene un significado preciso. Este es el caso de Manao Tupapaú (El espíritu de la muerte vigila, 1892), una de sus obras más importantes.
Basándose en elementos del folclore de la isla, obsesionado por las cosas que observaba pero intentando ir más allá de ellas, Gauguin crea un vocabulario personal de colores y líneas, un estilo complejo que compone un simbolismo pictórico de nuevo cuño.

Cuando Gauguin murió en las lejanas islas Marquesas, pocos se dieron cuenta del alcance de su obra. Entre ellos se encontraba el poeta simbolista Charles Morice, que había colaborado en la publicación del primer manuscrito de Noa-Noa -uno de los libros de Gauguin sobre Tahití-. Sus artículos movieron a los patrocinadores del recién fundado "Salon d'Automne" a organizar en 1906 una retrospectiva del pintor. La coincidencia de dicha muestra con la primera exposición de los fauves dio pie a la influencia de Gauguin sobre toda una nueva generación de artistas. Desde los lejanos Mares de Sur, Gauguin había sentado las bases de un estilo nuevo, vigoroso y original que traspasaría su época.

OBRAS DE GAUGUIN

Gauguin, Visión después del Sermón, 1888, óleo sobre lienzo, 73 x 92 cm, Edimburgo, National Gallery of Scotland.



Gauguin, Salve María, "La Orana María", 1891, óleo sobre lienzo, 113´7 x 87´6 cm, N.Y., Metropolitan Museum of Art.





El espíritu de los muertos vela, "Manao tupapau", 1892 óleo sobre lienzo, 73 x 92 cm, Buffalo, (N.Y), Albright-Knox Art Gallery.








Gauguin, ¿Qué hay de nuevo?, "Parau Api", 1892, óleo sobre lienzo, 67 x 91 cm, Dresden, Staatliche Kunstsammlungen, Gemäldegalerie Neue Meister.



El mas “salvaje” de los pintores, es el creador de una obra absolutamente personal, que no puede circunscribirse a ningún estilo artístico, excepto al que el mismo creó llevando al extremo los conceptos del sintetismo.
Gauguin fue un visionario que se impuso como objetivo liberar la pintura de sus restricciones. Estuvo presente en él, el folklor de los pueblos es por esto que se relaciona con la danza, hizo de estas grandes pinturas. Por ello, porque pensaba que el artista debe vivir como crea, fue el más libre de los creadores de su época.

miércoles, 8 de abril de 2009

EL FOLKLORE

El folclore, folklore o folclor (del inglés folklore, y éste de folk, ‘pueblo’ y lore, ‘conocimiento’) es el cuerpo de expresión de una cultura, compuesto por cuentos, música, bailes, leyendas, historia oral, proverbios, chistes, supersticiones, costumbres, artesanía y demás, común a una población concreta, incluyendo las tradiciones de dicha cultura, subcultura o grupo social. También recibe este nombre el estudio de estas materias. (Diccionario Panhispánico de Dudas. )